¿Cómo continuar?

Proyecto online en el Centro Cultural de España en Lima

Curaduría: Violeta Janeiro

4 septiembre - 11 octubre 2020


Participan:
Casa de la Cultura Andina en Madrid Julia Codesido
Nicola Costantino
Luisa Fuentes Guaza
Tatiana Fuentes Sadowski
Elisa Fuenzalida y Jorge Vicario
Sandra Gamarra
Muriel Holguín
Natalia Iguiñiz
Fernanda Laguna
Eliana Otta
María Ruido
The Underground Division (Helen Pritchard, Femke Snelting, Jara Rocha) Jorge Villacorta


¿Cómo continuar si vivir se ha convertido en malestar, enfermedad y desafío? La explotación, represión y destrucción ecológica, son los tres grandes retos que enfrenta esta pregunta que pone las vidas en el centro sin renunciar a sus singularides. La exposición funciona desde la reagrupación y disolución de las obras, creando así experiencias a partir del encuentro y la relación de sus contenidos, que incorporan la lenta correspondencia mantenida con las artistas a lo largo de varios meses, proyectándose ésta en forma de imágenes, homenajes, textos y encuentros… que responden a un proceso vivo que incorpora la actual coyuntura. Creamos un espacio web inestable y cambiante para desestabilizar nuestro punto de vista, procurando un tiempo para pararse y pensar de manera colectiva. ¿Cómo construir o encontrar una posición para que se produzca la reconfiguración de lo humano de acuerdo a las urgencias actuales? Si como dicen, estamos “enfermos de normalidad”, detengamos la realidad para pensar que lo que vivimos podría ser de otra manera. Hemos puesto el sentido en el sujeto, un sujeto que es medida y centro de todas las cosas, y como tal, impone su identidad, mirando y entendiendo desde su sistema y percepción del mundo, anulando por ende las particularidades y especificidades de los otros. Casi cien años separan las pinturas que se muestran de Julia Codesido y Sandra Gamarra. Ambas artistas, responden a un arte, que lejos de cualquier ensimismamiento, toma posiciones y responde a su contexto. Ambas cuestionan las identidades venidas de occidente, identidades que demarcan un adentro y un afuera que se adapta a sus propios parámetros. Dice la tradición andina (que no personifica el saber en citas), que nunca somos los mismos, crecemos hacia dentro y hacia fuera, y que lo que tenemos delante, es el “ñawpaq pacha”, es decir, el pasado. Tanto Codesido como Gamarra, miran a un pasado, consciente de ser un pasado que como diría la socióloga y activista Silvia Rivera Cusicanqui, no llega a ser subsumido y superado, si no que se mantiene vivo en toda su complejidad. Si contaminamos nuestras identidades, no podemos separarnos de los otros. Algo así debió ocurrirle a Jose María Arguedas. Para él, la obra indigenista de Codesido, bien podría ser “la obra más peruana y universal de toda la pintura indigenista y al mismo tiempo la del más puro valor estético”. Pero tenía claro que “el pueblo mestizo e indígena tendrá sus intérpretes propios, en la literatura y en música antes que en pintura. Será, un arte multitudinario en el cual el pueblo de ascendencia indígena se encontrará”. Eliana Otta revive uno de los poemas de Arguedas, Llamado a algunos doctores, para abrir paso al deseo que se forja de acuerdo a unas necesidades específicas, que son la insubordinación e irreductibilidad del “otro”, tal y como lo condensa uno de los versos que Eliana bordó sobre una de las fundas de almohada de su instalación: “No huyas de mí, doctor, acércate. Mírame bien, reconóceme. ¿Hasta cuándo he de esperarte?”.Nicola Costantino reproduce la realidad a través de la performance. Nos la ofrece para su contemplación. La artista argentina le da la vuelta a una escena costumbrista de los años treinta, como es el posado de la “Boda de Don Julio Gadea, prefecto de Cuzco”. Se trata de una fotografía, obra maestra, tomada por Martín Chambi, quien supo resolver una imagen de conjunto con inteligencia a través de sus característicos juegos de luz y perspectiva. Travestir a sus protagonistas, y problematizar al conjunto de acompañantes, rompe con una cotidianidad propia de una sociedad jerarquizada, que responde a los dictados de lo que se consideraba (y se considera) normal. Ese sometimiento que lleva a la enajenación de los individuos, nos conduce a preguntarnos por aquello que queda oculto en la imagen de Chambi y que de alguna manera trasluce Costantino con su re-apropiación de aquella escena. La obra de María Ruido da cuenta de ese afuera que se disuelve enfermo de normalidad. Una normalidad que homogeneiza y estandariza según los mandatos del último capitalismo que se ha asegurado posiciones en el adentro de todos nosotros, tan adentro que alcanza la subjetividad. “Estado de malestar” explora la capacidad de resistencia y transformación que hay en las “enfermedades” que produce el sistema. Por otro lado, la escritura inmediata, sin apenas una reflexión previa, se nos ofrece como una forma de subversión a cualquier orden preestablecido. La artista Fernanda Laguna, encuentra en su ejercicio la fórmula para salirse de toda lógica y derrotar la razón que impera en cualquier manifestación cultural. Una razón al servicio de los mecanismos de represión y obediencia. Como toda carta dirigida, escrita en el aquí y el ahora de la autora, su lectura traduce una intuición que se alinea con el más puro instinto animal, sopesada por la incertidumbre que caracteriza al ser humano, y que nos acompaña hasta el final de nuestros días. Puestos a pensar en fórmulas y mecanismos para subvertir el orden, El colectivo The Underground Division, formado por Helen Pritchard, Femke Snelting y Jara Rocha, propone pensarse más allá -y/o más acá- del mundo vegetal y animal, es decir, lo que los expertos catalogan como vivo. El mineral –inerte, según la dicotomía científica–, también siente, o mejor dicho se resiente, padece, se nutre y reproduce (mundos, daños, formas, fuerzas). T.U.D., proponen un viaje literal al subsuelo para descodificar la tierra desde su cara B. Su punto de partida, su unidad mínima, son las piedras. En concreto y para esta exposición, han creado la octava amalgama (así llaman a cada una de las piezas que componen su serie), que consiste en una animación digital en torno al Conga, en la región de Cajamarca, y su proyecto minero de momento paralizado. En palabras de las propias artistas, entienden desde las tecnociencias trans*feministas a las “ROCAS como/con 'cuerpos' en un movimiento intencionado de alejamiento de las corpo-realidades somáticas de los individualmente llamados 'humanos'. Este cambio permite al equipo indagar acerca de las materialidades inhumanas y cómo de importantes son al 'hacer mundo’.” Desmembrar la realidad y distinguir sus partes para reproducirlas, es también el método de trabajo de Natalia Iguiñiz, quien estudia y analiza nuestros hábitos y dependencias. Natalia lleva tiempo politizando - desde una perspectiva feminista -, el ámbito de lo íntimo y lo privado, somatizando los trastornos de aquellas políticas que permiten que unos cuerpos se impongan sobre otros. En esta ocasión, hablan cuerpos en confinamiento de mujeres cuyas labores de sustento y crianza se han intensificado por la actual crisis. El film es la herramienta y medio de análisis en la obra de Tatiana Fuentes Sadowski, cuya mirada se origina en un ejercicio de abstracción que juega con la distancia del observador. Tatiana amplía los acontecimientos (aparentemente) inútiles, aislando un movimiento o gesto, que ampliado nos lleva a una abstracción que permite la distancia o perspectiva para relacionarse con unos acontecimientos desde la afección que empodera. El duelo y la perdida, se resignifican en su trabajo para iniciar otras formas de aprendizaje y auto-conocimiento. Las obras que aquí se muestras se originan en plena pandemia, visibilizando unos medios de producción condicionados por las restricciones y el confinamiento que ha desencadenado la COVID-19. Se trata de proyecto que se articula desde una pregunta, y como tal, se ha originado y gestionado lentamente, de manera muy flexible con los tiempos, estados de ánimo y opiniones de todas las que participamos. ¿Cómo continuar?, en plena pandemia, ha resignificado aquellos trabajos en torno a unas urgencias que la COVID no ha hecho más que visibilizar, todavía más. Al mismo tiempo, esta pregunta de naturaleza reflexiva y disparadora, ha motivado reacciones que han dado pie a nuevas obras. Unas y otras, se problematizan y adquieren otros sentidos de la mano de una serie de documentos y encuentros que contribuyen a ese repensar de nuestros vínculos con los otros, con el otro, así como con las fuerzas que ha desatado nuestra especie, capaz de poner a su servicio los recursos naturales, sin atender a los ritmos circadianos que marcan nuestros ecosistemas. El constante ordenar y desordenar de las obras, se nos presenta como un gesto que crea experiencias desde los encuentros, en un intento por ir más allá de cualquier discurso formal que media y ordena un pensamiento de acuerdo a una estructura.

Violeta Janeiro