Imágenes Crocantes en un Ambiente Húmedo (XIII)

Sandra Gamarra

Oil on canvas
40 × 40 cm
2014
Foto: Filipe Berndt




Lo que nos hizo modernos / Imágenes crocantes en un ambiente húmedo

Ante la actual promesa de modernización en el Perú, entendiéndose ésta como la presencia real del estado en el país, y por tanto de la ciudadanía como derecho de cada individuo, esta exposición reflexiona sobre lo que pasó en el Perú en la primera modernidad no consumada, y de lo que significó posteriormente su inconcreción.

“Un intento de hacer imágenes crocantes en un ambiente húmedo” es como el sociólogo Aníbal Quijano describe la imposibilidad de hacer poesía de vanguardia en Lima, pero esta imagen se puede extrapolar a la creación plástica. Esas imágenes crocantes de las que habla Quijano se refieren a las máquinas, a la industria, a las nuevas ideas, que en una ciudad como Lima, sin industrias cercanas y sin un desarrollo tecnológico, eran imposibles de crear y divulgar. Ese ambiente húmedo por tanto se refiere no sólo a la humedad real del ambiente limeño sino también a la “humedad social”, la que habría hecho imposible que las imágenes nuevas, de márgenes limpios y de colores planos, surgieran y se instalaran en el imaginario colectivo. Esa humedad sería producto de la aún efervescencia de un nacionalismo impostado, de los vapores de la lenta cocción del mestizaje, de la permanente oxidación de los procesos sociales.

Durante esa etapa, como describe el escritor Armando Alzamora Flores: “Empezó a surgir una manera de pensar los espacios, como un sofisticado molde geométrico sobre el cual debían encajarse duros bloques, insólitos algunos, pero cargados todos de ese nuevo espíritu. Así, esa especie de mitología avant garde sólo ha podido gestarse en una instancia paradójica, no por su pluralidad, sino por su carácter discursivo: la vanguardia. Era, en efecto, el medium exacto, la dimensión perfecta para trasladar los estados de un mundo cambiante que sin embargo sólo existía entre nosotros como ausencia.”

Los artistas locales rechazan las promesas de la modernidad occidental, y de manera conscientemente, se vuelcan a la recuperación del paisaje y del poblador andino que desde Lima se veían tan lejanos como el pasado, pero más cercanos que las metrópolis que anunciaban el futuro. Estos artistas tienen una mirada moderna, en cuanto que temáticamente se oponía al clasicismo europeo, pero utilizando formas que los mantenían en los márgenes de lo que se hacía en el continente.

Esta recuperación de lo andino en el arte se vio también reflejada en otros campos de estudio como la antropología y la arqueología que se renovaron con una visión integrista en donde la distancia entre el objeto de estudio y el investigador era abolida. Este proceso de integración del poblador rural tuvo su clímax en la Reforma Agraria de 1968, que los hizo nuevamente dueños de las tierras que durantegeneraciones habían sido solo trabajadas por ellos. Este proceso no se concluyó, el estado no fue capaz de concretar su propia modernización y esta promesa incumplida fue el caldo de cultivo para que años después se formaran los grupos terroristas que emergieron en el país durante las décadas de 1980 y 1990.

Fue necesaria esta violencia, para que como peruanos fuésemos capaces de vernos como una sociedad mestiza y culturalmente plural, que no había sido capaz de reconocer su naturaleza. “La violencia nos hizo modernos” frase de Mirko Lauer, se aplica entonces a una modernidad que necesita de la violencia para consumarse, una dupla que se ha venido repitiendo en cada nuevo intento.

Las obras que componen esta exposición contraponen, mezclan, fuerzan el imaginario moderno, con los registros fotográficos de la violencia de los años 80, partiendo de lo que expusiera el caricaturistamexicano Marcius de Zayas sobre nueva fotografía o la fotografía pura (refiriéndose a la fotografía moderna) como una disciplina artística que supera a todas las demás porque aporta la verificación plástica del hecho. Una prueba visual de lo que él llamaba “verdaderas materiales del mundo natural.

Al poner estos dos imaginarios, reúno la dupla modernidad/violencia, abstracción/ realismo, sequedad/ humedad, en donde ninguna se sobrepone a la otra, sino que se ven forzadas a convivir.

Utilizando las icónicas pinturas “Homenajes al cuadrado” del artista Josef Albers” como base, incluyo de manera casi invisible imágenes de la violencia terrorista de los años 80. Para revelarse, necesitamos acercarnos a la pintura, en un movimiento contrario a lo que proponían las obras modernas. De igual manera la serie que da nombre a la exposición, Lo que nos hizo modernos, está conformada por 10 pinturas que crean un degradé de grises y que tienen las medidas exactas de los bloques de concreto de los que está hecha la galería. De esta forma la obra se pliega a la arquitectura , convive con ella, en un acto plenamente modernista. Si las observamos de lejos, este degradé hecho según la escala de grises Kodak, convive sin fricciones con la arquitectura. Pero en cada una de las esquinas de estos monocromos, aparecen imágenes que rompen con esta transición, pausada, medida, clínica. Estas imágenes nos hablan de una constante, de una permanencia latente y capital.

En esta exposición se incluyen además copias de pinturas indigenistas en contraposición con las imágenes que se creaban fuera de Perú, intentando encontrar relaciones imposibles, construyendo imágenes que jamás existieron.

Los videos titulados “Abstracciones”, “Paisaje Natural” y “Polvo eres”, son tres reflexiones a cerca de la delicada relación entre la herencia precolombina, el presente andino y la cultura occidental a la luz de las promesas del desarrollo y la modernización.

Sandra Gamarra, Febrero 2014